Por ANDRÉS TAPIA
Apreciable Miguel Ángel:
Alguna vez, un amigo alemán, Martin Spiewak, me dijo: “Sólo podría vivir en Hamburgo, en Berlín y en la Ciudad de México”.
Martin vivió en la Ciudad de México o, siendo precisos, muy cerca de ella, en Ciudad Nezahualcóyotl. Pero no hay imprecisión en esto: la vida de Martin se desarrollaba mayormente en la Ciudad de México a la que había acudido como consecuencia de un intercambio universitario.