Por ANDRÉS TAPIA
A mi amigo Óscar Garduño
Ella despidió a su amor, él partió en un barco en el muelle de San Blas…
–Hay un hombre ahí, en aquel rincón, llorando como un niño.
–¿Un hombre?
–O un niño.
–¿Un hombre o un niño?
–No estoy seguro, pero pidió otro tequila… debe ser un hombre.