Por ANDRÉS TAPIA
El tipo está desnudo del torso. Tiene los ojos cubiertos con cinta adhesiva industrial de color plata y las manos esposadas al frente. Al fondo, sobre la pared, se percibe un círculo de luz que sugiere, junto con el brillo de la piel del hombre, que hay un spot dirigido hacia él. En torno suyo, cuatro hombres encapuchados y con uniformes de tipo militar le rodean. Uno de ellos le interroga:
–¿Cuál es tu nombre?
–Manuel Méndez Leyva.
–¡Repítemelo!
–Manuel Méndez Leyva.