Por ANDRÉS TAPIA

Una madrugada de otoño del año 2003, un alemán llamado Phillip Kuebart halló en un asiento de la línea 1 del U-Bahn de Berlín, un cuaderno de notas Moleskine de tapas afelpadas color gris. Pertenecía a un extranjero que la noche anterior se había emborrachado en un bar español del barrio de Neuköln y que, semiadormilado, dejó caer de una gabardina Hugo Boss de color caqui que había comprado casi tres años antes en París.

Por ANDRÉS TAPIA

La última vez que vi a mi abuela fue en un sueño. Yo vivía entonces en Berlín, en un apartamento situado en el número 46 de la Görtlitzer Strasse, frente a un parque maravilloso situado en el barrio de Kreuzberg.