Por ANDRÉS TAPIA
Mi nombre es Sandrine, por si te interesa, aunque casi estoy segura que no. ¿Me dirías tú tu nombre y me darías un minuto para tratar de entenderte? Quizá sean dos. O tres. Y acaso es posible que logre convencerte de que sean cinco o tal vez más. En todo caso, sea cual sea el tiempo que me concedas, debes saber que sólo lo utilizaré para intentar comprender porqué he tenido yo que coincidir hoy, aquí, contigo.