Por ANDRÉS TAPIA
El día de ayer asistí, como millones de personas en el mundo, a la ejecución del reportero James Foley, un colega que fue decapitado por una organización terrorista llamada Estado Islámico, acaso una escisión de Al Qaeda.
Por ANDRÉS TAPIA
El día de ayer asistí, como millones de personas en el mundo, a la ejecución del reportero James Foley, un colega que fue decapitado por una organización terrorista llamada Estado Islámico, acaso una escisión de Al Qaeda.