Por ANDRÉS TAPIA // Fotografía: AP

Un ex gobernador del estado mexicano de Monterrey, hoy caído en desgracia (su nombre es Rodrigo Medina), durante una comida que sostuve con él alguna vez, jactándose de su cercanía con Enrique Peña Nieto, dejó entrever que éste, tras ser elegido presidente de México, le habría dicho que más allá de las bondades de la amistad, en adelante la relación entre ambos tendría que ser formal y apegada a los protocolos de la política, el respeto y (esto no lo dijo) la disciplina tiránica y sempiterna del Partido Revolucionario Institucional. Es decir: “señor presidente” y “señor gobernador”.

Por ANDRÉS TAPIA

El tipo está desnudo del torso. Tiene los ojos cubiertos con cinta adhesiva industrial de color plata y las manos esposadas al frente. Al fondo, sobre la pared, se percibe un círculo de luz que sugiere, junto con el brillo de la piel del hombre, que hay un spot dirigido hacia él. En torno suyo, cuatro hombres encapuchados y con uniformes de tipo militar le rodean. Uno de ellos le interroga:

–¿Cuál es tu nombre?

–Manuel Méndez Leyva.

–¡Repítemelo!

–Manuel Méndez Leyva.