Por ANDRÉS TAPIA

Pablo Escobar yace junto a mí, en el tejado de un edificio en Medellín. Postrados bocabajo, creo recordar que ambos tratamos de esquivar los disparos que una tropa de élite nos prodiga a discreción. Pero no percibo el sonido de las balas, tampoco el olor a pólvora, y mucho menos la sensación de temor.

El edificio tiene cuatro, cinco pisos, no demasiados pero sí suficientes para causar la muerte de alguien que cayese de ahí. Veo los pies descalzos de Escobar, sus vaqueros desteñidos y su polo color azul marino. No veo su rostro.

Por ANDRÉS TAPIA

“One day men look back and say that I gave birth to the 20th Century”.

Sir William Gull / Jack the Ripper (en la novela gráfica From Hell de Alan Moore)

Una noche de mayo del año 2009, me perdí con una amiga en las calles del barrio londinense de Whitechapel. Paty Islas y yo –y cerca de 30 personas más que se reunieron en la salida número 4 de la estación del subterráneo Aldgate East–, caminamos por espacio de dos horas por calles y callejones sucios y carentes de todo atractivo o glamour. Su atractivo, empero, era justamente ese. En esas calles ordinarias y simples, 121 años atrás un hombre que hoy es conocido como Jack the Ripper, asesinó, según la historia oficial, a cinco mujeres –aunque es probable que hayan sido siete.

Por ANDRÉS TAPIA

El 1 de febrero de 1964, la canción “I Want To Hold Your Hand” de The Beatles, alcanzó el puesto número 1 en las listas de popularidad de los Estados Unidos. Fue el primer sencillo del grupo inglés en alcanzar dicha posición y el que a la postre les granjearía la conquista del mercado estadounidense.