Por ANDRÉS TAPIA

El 5 de noviembre del año 2006, la BBC transmitió en el Reino Unido el que fue el capítulo número 6 de Planet Earth, una serie documental narrada por Sir David Attenborough y cuya realización tomó cinco años. Se tituló “Ice Worlds” y su temática versaba en torno a la vida animal en el Ártico y la Antártida.

Una de sus secuencias –acaso una de las más extraordinarias que se hayan filmado jamás debido a las implicaciones técnicas que supuso su grabación y al dramatismo intrínseco de la misma– exhibe a un oso polar macho que, obligado por el deshielo, abandona la placa continental y nada una distancia aproximada a 100 kilómetros con tal de encontrar comida.

Por ANDRÉS TAPIA

Junio 5, 2009. En la ciudad mexicana de Hermosillo, Sonora, tiene lugar un incendio en la guardería infantil ABC. Mueren 49 niños y más de 70 resultan heridos. A poco más de cinco años de distancia, alrededor de 25 personas fueron procesadas por su probable responsabilidad, mayormente por omisiones (la estancia infantil no cumplía con los requisitos mínimos de seguridad en caso de un siniestro), pero ninguna fue juzgada ni condenada, todas se encuentran en libertad.

Por ANDRÉS TAPIA // Fotografía: TOM CHAMBERS

Quienes lean estas líneas y no estén familiarizados con la expresión que da título a esta columna, tendrían que saber que esta última forma parte de la ideología, la idiosincrasia y los modus vivendi y operandi de la gente nacida en México. Paradójicamente, a pesar de que se halla situada entre dos signos de interrogación, no se trata de una pregunta, sino de una afirmación. Y lo que afirma es una verdad de Perogrullo, matizada con el singular cinismo de una sociedad poco adepta al cumplimiento de las reglas y en cambio adicta a la impunidad: “un poco no es demasiado”.

Por ANDRÉS TAPIA

“¿Por qué hay mexicanos tan malos? Entiendo que hay algunos de nosotros que no somos buenos, pero la mayoría, pues sólo queremos cruzar para ir a trabajar a Estados Unidos y traernos unos dólares pa’ nuestras casas.

“Y luego, pues sí, entre los malos también había extranjeros, había guatemaltecos. También había mexicanos secuestrados, como once, sí, un día había once, luego llegaron más.

“Sólo quería un trabajo para pagar mis deudas. Pero ya no quiero nada”.