Por ANDRÉS TAPIA

Es la madrugada de un domingo de hace, quizá, cuatro años. Un grupo de periodistas, amigos algunos, colegas muchos, departen en un bar del barrio de La Condesa en la Ciudad de México. Cumplido el horario que por ley le ha sido asignado, el lugar cierra sus puertas, entrega la cuenta y pide al ruidoso grupo que abandone el sitio. Así lo hace.

Una vez afuera hay abrazos de despedida, besos, y el deseo de algunos cuantos de continuar la parranda en otro bar, en la casa de alguno, donde sea. Y mientras charlan y se dicen “hasta pronto”, una pelea entre motociclistas que en su mediocridad aspiran a comportarse como miembros de los Hells Angels tiene lugar a unos cuantos metros. Vuela un casco, una cadena se estrella en el torso de alguno de ellos, y proliferan maldiciones en mexicano: nunca egregias, siempre vulgares.

Por ANDRÉS TAPIA // Fotografía: PETE SOUZA

EPIFANIO ÁLVAREZ CARVAJAL: Me encuentro en un salón lleno de guerreros, líderes y campeones.

La noche del viernes 26 septiembre de 2014, mi querido hijo, mi amado Jorge que entonces tenía 19 años, estuvo entre los 43 estudiantes que desaparecieron –y seguramente fueron asesinados e incinerados– en algún lugar cercano a la ciudad de Iguala, en Guerrero.

En los 15 meses que han pasado desde que esas 43 preciosas vidas se perdieron en ese sitio, muchas más vidas se han perdido en México debido a la violencia, la delincuencia y la corrupción que azota al país. Muchas más personas, también, que hoy escuchan estas palabras, se hallan de luto debido a la muerte de un ser querido debido a la violencia, la delincuencia y la corrupción. Como nación tendríamos que hacerlo mejor, porque somos mejores, mucho mejores que esto.

Por ANDRÉS TAPIA

El viernes 23 de agosto del año 2012, cerca de la medianoche, un hombre llamado Gerardo Ortiz descendió de su automóvil en medio de una pavorosa tormenta que caía en el sur de la Ciudad de México. Con su auto averiado por la inundación y el agua a la cintura, Ortiz quiso ponerse a salvo en la plataforma de una estación de autobuses. No lo consiguió: cayó en una alcantarilla que carecía de tapa y desapareció.

Por ANDRÉS TAPIA

La primavera del año 2001, atraído por los paisajes mostrados en un video de la cantante Björk, viajé a Islandia. “El secreto mejor guardado de Europa”, lema con el que Icelandair promovía al país, tenía entonces poco menos de 300,000 habitantes; a 13 años de distancia, su población raya en los 325,000.

Por ANDRÉS TAPIA

Hace exactamente dos meses, 43 estudiantes desaparecieron en la ciudad de Iguala, en el estado mexicano de Guerrero. Las dudas, certezas y preguntas acerca de su paradero y su destino, se han pronunciado y repetido en medios de comunicación de todo el mundo, sin que unas, otras y las que falten, convenzan a nadie de nada.