Por ANDRÉS TAPIA

Una noche ya perdida, mientras caminaba con un amigo, pasamos por la casa de quien entonces era su novia, más tarde sería su esposa y hoy solamente la madre de su hija. “Mira” –dijo, y extendió su brazo derecho para señalar orgulloso el balcón del piso número tres de un edificio de departamentos–, “ese rehilete yo se lo regalé a Adriana”.

Por ANDRÉS TAPIA / Fotografía: J.P. SARTON

Mary es una mujer que hace 12 años le dijo a Mary que le regalaba a su hijo; el chico entonces tenía tres años.

Mary, la primera Mary, procedía del estado de Michoacán. Mary, la segunda Mary, del estado de Puebla; ambos sitios se localizan en México.

Mary y Mary eran amigas. O por lo menos dos conocidas que se encontraban cada mañana delante de la puerta de un colegio: ambas llevaban a sus hijos al mismo jardín de niños.

Por ANDRÉS TAPIA / Foto:  JUAN CARLOS RODRÍGUEZ para Milenio

En una entrevista concedida al diario The Times, Thomas Harris, autor de la novela El silencio de los corderos, asegura haberse inspirado en un “médico” mexicano para la creación de su personaje Hannibal Lecter, quizá el asesino serial de ficción más venerado y popular de toda la historia.

Por ANDRÉS TAPIA

Siendo niño conocí de la existencia de un pueblo mexicano llamado Paracho. Se localiza en el noroeste del estado de Michoacán, muy cerca de todo y de nada al mismo tiempo, pero especialmente de una cadena de colinas conocida como la Sierra de Paracho, a cuyas faldas yace cual si fuese uno de esas idílicas villas suizas que tantas veces hemos visto en postales.

Por ANDRÉS TAPIA

Hace unos 70 millones de años existió en la Tierra un dinosaurio llamado Velociraptor. La siempre excitada e infantil imaginación del cineasta norteamericano Steven Spielberg, lo llevó a concebirlo en la saga cinematográfica Jurassic Park como un saurio de dos metros de estatura, que cazaba en grupos y era extremadamente inteligente.

Por ANDRÉS TAPIA // Foto: HERIBERTO PAREDES

Mi nombre es Yahaira Guadalupe Bahena López. Debería tener 21 años de edad, quizá un hijo y mi cabeza. Pero no tengo nada de eso. Morí hace poco más de dos años.

Por ANDRÉS TAPIA

Tengo amigos que consumen drogas. De algunos lo sé porque los he visto. De otros me lo ha dicho alguien más. Y hay algunos más de los que sólo lo intuyo.

Por ANDRÉS TAPIA

San Cristóbal es un barrio colonial al que recuerdo pintado en blanco y amarillo. Forma parte del municipio de Ecatepec y pertenece al Estado de México, una de las 32 entidades federativas en las que está dividido un país llamado México.

Por ANDRÉS TAPIA

El México que me enseñaron a admirar y a querer en el colegio, comenzó a desmoronarse el verano de 1978. Aquel año se celebró el Mundial de Fútbol en Argentina y la Selección Mexicana, aquel equipo del cual yo coleccioné todas las tarjetas que puso en el mercado la empresa Coca-Cola, perdió frente a Túnez, Alemania y Polonia por marcadores escandalosos: 3-1, 6-0, 3-1.

Yo tenía tan sólo diez años.

Por ANDRÉS TAPIA

Alguna vez una mujer me contó una historia muy extraña y sórdida que define a la perfección a México. En la familia de esta persona había dos hombres con el mismo nombre, pongamos, Pedro. Hijos de dos hermanos, para distinguirlos, solían llamarles Pedro “el nuestro” y Pedro “el suyo”.

Por ANDRÉS TAPIA

En el sótano de una casona de la calle Juan de Garay, en Buenos Aires, posiblemente en el barrio de Belgrano, Jorge Luis Borges, a través de Carlos Argentino Daneri, su álter ego y a la vez un anagrama imperfecto de Dante Alighieri, descubrió El Aleph.