Por ANDRÉS TAPIA

Una leyenda contenida en el primer libro de crónicas en latín (de los dos que existen) titulado Flores Historiarum (Roger of Wendover, Siglo XVIII), refiere la historia de una mujer llamada Godgifu que, compadeciéndose de las penurias que padecían los habitantes de la ciudad de Coventry, en Warwickshire, debido a los elevados impuestos que les cobraba su marido, Leofric, conde de Mercia, le pidió a éste los redujese sustancialmente.

Por ANDRÉS TAPIA

La única bandera no cuadrilátera que existe en el mundo pertenece a la República Federal Democrática de Nepal. Se compone de dos banderines triangulares que ostentan un sol y una luna creciente pintados en blanco. El color rojo carmesí que los enmarca es el color de la flor nacional, el rododendro, y simboliza lo mismo valentía, sangre o victoria; en tanto que la franja azul que la bordea representa paz y armonía.

Por ANDRÉS TAPIA

“One day men look back and say that I gave birth to the 20th Century”.

Sir William Gull / Jack the Ripper (en la novela gráfica From Hell de Alan Moore)

Una noche de mayo del año 2009, me perdí con una amiga en las calles del barrio londinense de Whitechapel. Paty Islas y yo –y cerca de 30 personas más que se reunieron en la salida número 4 de la estación del subterráneo Aldgate East–, caminamos por espacio de dos horas por calles y callejones sucios y carentes de todo atractivo o glamour. Su atractivo, empero, era justamente ese. En esas calles ordinarias y simples, 121 años atrás un hombre que hoy es conocido como Jack the Ripper, asesinó, según la historia oficial, a cinco mujeres –aunque es probable que hayan sido siete.

Por ANDRÉS TAPIA

Una tarde de primavera de hace cinco años, mientras vacacionaba en Londres, me dirigí a Covent Garden con la intención de tomar fotografías de los edificios circundantes. La cámara que llevaba conmigo contaba con un visor especial que podía plegarse horizontalmente, haciendo posible de ese modo tomar fotografías sin colocarse el visor a la altura de los ojos. Este dispositivo permite a su portador, llegado el caso, tomar fotografías sin que un objetivo se percate de ello.

Por ANDRÉS TAPIA

La última vez que vi a mi abuela fue en un sueño. Yo vivía entonces en Berlín, en un apartamento situado en el número 46 de la Görtlitzer Strasse, frente a un parque maravilloso situado en el barrio de Kreuzberg.

Por ANDRÉS TAPIA

El día de ayer asistí, como millones de personas en el mundo, a la ejecución del reportero James Foley, un colega que fue decapitado por una organización terrorista llamada Estado Islámico, acaso una escisión de Al Qaeda.

Por ANDRÉS TAPIA

A Salima

Cuando era niño mi madre me enseñó a hablar con Dios. Hacerlo implicaba postrarme de rodillas frente a mi cama, con la cabeza hacia abajo y las manos unidas. Yo entonaba una oración, algo aprendido de memoria, y pedía cosas, igual que mis hermanos, cosas que no entendía.

Dios nunca respondió.

Por ANDRÉS TAPIA

En la Mitología griega, y de acuerdo a la Teogonía de Hesiodo, Atlas fue uno de los titanes que enfrentaron a Zeus en una guerra. Por ello, fue condenado a sostener sobre sus hombros y espaldas los cielos.

Por ANDRÉS TAPIA // Foto: ANNA KAIM / POLISH PLAYBOY

No puedo guiar a mis lectores a ninguna parte porque no conozco el camino.

La frase no es mía, pero no la entrecomillaré porque pretendo hacerla mía. Y lo siento mucho, Etgar, hermano mío, pero voy a robártela.

Es un día común. Pero extraño. Común porque estoy fuera de la oficina, fumando un cigarrillo, en el mismo sitio en el que suelo fumar cigarrillos: una jardinera del edificio contiguo al que alberga la editorial en la que trabajo. Un guardia de seguridad pasea por ahí pero me ignora mientras piensa: “El mismo tipo de siempre que fuma cigarrillos sentado en el borde de la jardinera”.

Por ANDRÉS TAPIA

Circula en Internet una fotografía de Steven Spielberg, en la que el cineasta estadounidense aparece con un triceratops de utilería, la cual le fue tomada en ocasión de la filmación de su película Jurassic Park. El armatoste está tendido en el suelo y parece estar muerto; quien haya visto la película, recordará una escena en la que dicho animal aparece moribundo.

luka

Por ANDRÉS TAPIA // Fotografía: AP

A mi amigo Luis Bueno, él sabe porqué…

Se llama Luka, tiene seis años y una visión del mundo tan pueril como eso aunque al mismo tiempo demasiado madura.

Es hijo de Bernadien y Arjen, hermano mayor de Kai y Lynn. Para él, como para cualquier otro chico de su edad, el concepto de felicidad debería estar contenido en las cosas más simples: la mañana de Navidad, la visión de una bicicleta, un beso de su madre, un balón de fútbol.

Pero Luka no es del todo un chico normal. Su padre es un hombre famoso que aparece en televisión cada semana, y que tiene amigos tan famosos como él. Luka los ha saludado, ellos lo han sostenido en brazos, e incluso se han tomado fotografías juntos.

Por ANDRÉS TAPIA

La noche del domingo 26 mayo de 2013, poco antes de las 22.00 horas, un hombre enfrentaba un naufragio. Miguel Herrera, director técnico del Club de Fútbol América de México, en medio de una lluvia pertinaz, contemplaba su reloj mientras su equipo perdía frente al Cruz Azul por un marcador global de 2 goles a 0.

Por ANDRÉS TAPIA

El 8 de junio de 1990, poco después del mediodía, en algún sitio de la calle 5 de febrero, en el centro sur de la Ciudad de México, me detuve en una caseta telefónica y llamé a mi amigo Álvaro Capistrán para decirle que avisara a todos los integrantes de la editorial en la que trabajábamos ambos, que se asomasen a la ventana.

–Voy a pagar mi apuesta –le advertí y colgué la bocina.

Por ANDRÉS TAPIA

En la película Enemy at the Gates (Jean-Jacques Annaud, 2001), el comisario Danilov, personificado por Joseph Finnes, responde a Nikita Khrushchev (Bob Hoskins) cuando éste pide sugerencias a sus generales para dar una lección a las desmoralizadas tropas soviéticas en Stalingrado: “Démosles esperanza”.

Por ANDRÉS TAPIA

Las palabras suelen traicionar. La infancia también.

Guardo en la memoria, como un tesoro, el recuerdo y el diálogo entre un niño y un hombre joven en una tienda de cómics en Buenos Aires, Argentina, que ojalá aún exista en la calle de Corrientes.

Es el otoño de 2001, un mes antes de los “cacerolazos” en Argentina y casi uno después del 11 de septiembre en Estados Unidos. El chico llega corriendo, de la mano de su padre, y así, corriendo, se dirige hacia uno de los vendedores. De botepronto, sin decir hola, le pregunta: “Decime… ¿por qué Bane le rompió la espalda a Batman si Batman es invencible?”.

Por ANDRÉS TAPIA

La memoria no sólo es una “facultad psíquica por medio de la cual se recuerda y se retiene el pasado” (RAE dixit), es también el conjunto de archivos, información, imágenes u objetos que los seres humanos suelen guardar para retener al pasado. Es una fotografía, una escultura, una piedra tallada o un pétalo de rosa escondido entre las páginas de un libro. Es todo eso y también un álbum de cromos que alguna vez coleccionó tu padre.

Por ANDRÉS TAPIA

Cuando la gente viaja suele llevar consigo sus obsesiones y sus costumbres.

Un amigo mío que vive en Berlín, cada vez que visita la Ciudad de México suele llenar su maleta de frascos de chiles y salsas picantes. Al día de hoy, no ha tenido un problema significativo en las aduanas alemanas.

Otro amigo, que consume marihuana y que suele viajar frecuentemente, suele ocultar la hierba en las tapas de desodorantes y lociones. El agudo y entrenado olfato de los perros policías, nacionales o extranjeros, ha resultado incapaz para descubrir su trampa.

Por ANDRÉS TAPIA

Te contaré la historia, pero debo advertirte que no será sencillo digerirla.

Es una historia de todos los días, aunque no de todos los tiempos. Ocurre desde hace algunos años aunque cada vez con mayor frecuencia.

En un lugar del espacio-tiempo llamado México, la gente desaparece y no se vuelve a saber jamás de ella. Salen de casa rumbo al trabajo –sea cual sea su trabajo: poeta, bombero, vendedor de pan, periodista…–, al parque, a un bar. Y con los modos fascinantes de la magia se esfuman.

Por ANDRÉS TAPIA

La tarde de ayer, mientras me levantaba de la mesa en la que había comido con un grupo de amigos y cogía mi teléfono móvil, un hombre anciano, que comía a dos mesas de distancia de donde nos hallábamos, me cerró el paso y preguntó si podía hacerme una pregunta; dije que sí. En el brevísimo instante que transcurrió entre su solicitud y su pregunta, imaginé todo, menos lo que diría a continuación: “¿Cómo se llama el género literario que enuncia una cosa diferente a la que se piensa?”.

Por ANDRÉS TAPIA / Fotografía: GABRIEL NUNCIO

Hay días en los que no quiero escribir… aunque sepa que tengo que hacerlo.

Me escabullo temprano del trabajo para no lidiar con el tráfico de la Ciudad de México, para beberme un café, leer las notas de prensa, disponer de más tiempo. Y cuando llego a mi casa enciendo un cigarrillo –y luego otro–, y camino entre la mesa y la sala, entre el pasado y el presente, asomo a la ventana, orino cien veces, vislumbro el futuro y regreso a mi silla en la que me revuelvo como más tarde lo haré en mi cama. Luego observo a los vecinos encender las luces conforme avanza la noche; pongo un disco de Vivaldi; abro la puerta a Mary, la portera; le digo “hola”, “adiós”, “no te vayas”, “no quiero estar conmigo esta noche”, “no quiero escribir”. Pero Mary ya se ha ido.

–¿Y si escribes mañana, Andrés?